Sumisión y pérdida
Nota de Herbert Rodríguez:
SE DESTRUYE EL PATRIMONIO (NUESTRA HERENCIA CULTURAL EN SU DIVERSIDAD) PORQUE LOS PERUANOS LE DAMOS LA ESPALDA A NUESTRA HISTORIA.
En imagen: la subordinación indígena en la colonia.
La destrucción de la cultura de los pueblos originarios prosigue. El etnocidio prosigue. Ejemplo de esto es que tanto el ministro Peirano como la alcaldesa Villarán le den el visto bueno a atravesar el santuario arqueológico de Puruchuco con túneles.
Cada caso de patrimonio desprotegido tiene su propia especificidad. Palais Concert, Tramo 2 del Tren Eléctrico, Puruchuco, Zona monumental de Miraflores, Parque de Los Bomberos en Lince o La Lagunita de Barranco; edificios en los acantilados de la Costa Verde, casonas en venta como terreno en el Centro Histórico de Lima, etc., etc., etc. Tienen en común que son evidencia de cómo los peruanos le damos la espalda a nuestro pasado.
Es como si un individuo fuera incapaz de reflexionar acerca de su historia de vida — la suma de vivencias que lo hacen ser lo que es —, y avanza por inercia, confuso e incapaz de ser dueño de su destino, yendo de moda en moda o, probablemente, siguiendo a algún líder carismático (que ya sabemos dónde terminan con frecuencia).
Digo “los peruanos” le damos la espalda a nuestro pasado, así, en plural, porque si bien es cierto que no todos somos indiferentes al patrimonio, AMPLIAS MAYORÍAS SÍ LO SON.
Y las mayorías son indiferentes a la destrucción del patrimonio cultural como consecuencia del bajo nivel educativo, porque no se valora lo que se ignora o se desconoce. Dado que la indiferencia atraviesa distintos niveles socioeconómicos, podemos decir que la incultura y la ignorancia es compartida tanto en sectores populares como por la “élite”.
Pero en la indiferencia hacia el patrimonio hay algo más que bajo nivel educativo o incultura. Lo que hay es “A-HISTORICISMO”.
Siguiendo el ejemplo del individuo que evade confrontarse con su historia de vida ¿cuál es el porqué de su actitud?: NO TOLERA REMEMORAR VIVENCIAS DOLOROSAS.
Esto es que un trauma colectivo está a la base del desprecio por el pasado, de la amnesia o del a-historicismo, por parte de la mayoría de los peruanos. NO HEMOS PROCESADO NUESTRA HISTORIA, entonces: EVADIMOS HACERLO.
Esto que señalo no es novedad, ya lo dijo Max Hernández (*).
¿Se entiende cuál es el reto pendiente?, la comunicación intercultural.
